– Llegáis tarde, cinco minutos fuera, y tenéis un retraso. – Nos espeta Leticia, la profesora de historia sin tan siquiera dirigirnos la mirada. Esa mujer tiene ojos en la nuca, estoy seguro.
Sin 'peros' ni 'peras', cierro la puerta tan pronto como la he abierto, y me siento, exhausto, sobre el frío suelo de mármol. Víctor se queda unos segundos en pie, pero a continuación cede y me imita sentándose a mi lado. Apoya la cabeza con gesto de pesadumbre sobre la pared, y me mira a la vez que exhala un largo suspiro. No hacen falta palabras para saber que lo ha pasado mal, puesto que yo también he estado en la misma escena, escuchando cada palabra conteniéndome la ira.
Durante el camino no hemos pronunciado palabra, simplemente nos hemos limitado a caminar en silencio, sin hacer ninguna clase de comentario respecto a lo ocurrido recientemente. Es más, no hemos hecho comentarios de ningún tipo. Por lo que a mí respecta, el miedo continúa irradiando dentro de mí, y tengo ganas de destrozar algo, de pegar un puñetazo a la puerta, o a la misma profesora de historia, o quizás el gilipollas que apareció en el momento menos oportuno de la vida de mi hermano. Sé que si él hubiera estado totalmente cuerdo, feliz y sin preocupaciones, se habría negado a aceptar esas drogas, e incluso se habría indignado. Estoy seguro.
– Tío, ¿qué ha sucedido? – Me pregunta, como si acabara de ocurrir en este mismo instante. – Todavía estoy temblando. No he pasado más miedo en mi vida, nunca he visto a tu hermano así.
– Ni yo. – Le contesto sinceramente. – Todavía no me lo creo.
Mientras contemplo la pared que se sitúa enfrente de nosotros, Víctor intenta calmarme y apoyarme dándome un par de golpecitos amigable en el hombro. Sé que lo hace con buena intención, pero realmente no me sirve de nada. De repente la puerta de nuestra aula se abre con cuidado y una chica delgada y rubia, se asoma por ella. Es Laura.
– Chicos, pasad. – Nos indica con una tierna y suave voz, como la de una niña pequeña.
Nos ponemos a la vez en pie y entramos a clase. Lo primero que aprecian mis ojos es que Carla no ha venido hoy, por lo que estoy solo. Me siento en mi sitio habitual, no sin antes bajar la silla que se encuentra sobre la mesa, y saco el primer libro que consigo alcanzar. Seguro que sin querer ha metido un libro de dibujos de su hermana pequeña. Al echar una ojeada al interior de la mochila, compruebo que estoy en lo cierto. Le lanzo una mirada de odio, la cual no consigue recibir puesto que está ocupado sacando sus libros buenos. Saco una libreta que no me pertenece y la abro para dar a entender que estoy atento. Pero me falta algo.
Busco con la mirada en el suelo del aula por si a alguien se le ha caído, pero no. Ni un bolígrafo abandonado. De repente veo un boli típico de Bic, rodando hacia mi sitio. Me agacho para recogerlo un poco extrañado y al levantar la cabeza, busco al amable compañero que se preocupa de mi apariencia estudiantil. Mi sonrisa se desvanece al ver de quién se trata.
– Luego me lo das. – Me dice por lo bajo con aquellos labios rosados.
Le muestro una media sonrisa forzada. Su gesto me resulta completamente desacorde, ¿no me odia? ¿Qué hace prestándome un bolígrafo? Debe de haber significado un sacrificio para ella. No me dirige la palabra desde que comenzamos el instituto. Y no me refiero a este curso, sino a primero de la ESO. Fue un cambio completamente extraño que me hizo cagar ladrillos. Pasó de ser prácticamente mi mejor amiga a ser una... compañera. Todavía me frustra el no saber el motivo de su actitud.
Hago bailar el bolígrafo azul entre mis dedos y no puedo evitar fijarme en las pequeñas marcas que hay en la tapadera. Son mordeduras. Lo hace desde siempre, desde que empezamos a tener exámenes de verdad en 3º de primaria, se pone muy nerviosa y es o morder los bolis, o las uñas. Siempre bromeaba diciéndole que pensara en el bolígrafo, sufriendo al ser masticado. Conseguía sacarle una sonrisa, y con ese simple detalle, se me iluminaba el día. ¿Qué ha ocurrido? La echo de menos.
Esto no puede estar ocurriendo. Llevo como cinco cursos seguidos de instituto yendo a la misma clase que ella, olvidándome al completo de su presencia, a la espera de que algún día decidiera a se mi amiga de nuevo, y ahora que solamente he recibido un pequeño detalle auxiliar, no puedo quitármela de la cabeza. Hemos tenido una muy bonita amistad como para que se rompa de esta manera.
Entre mis miles de discusiones mentales, el tiempo se me pasa volando, y en menos tiempo del que creía, suena el timbre dando la señal de que se acabó la clase. Creo que ahora toca Química. Sí, en efecto, ya que todo el mundo se pone en pie, saca sus libros y sale durante un rato hasta que llegue la profesora. Como no pienso ser menos, yo también me pongo en pie, y sin dudarlo, camino hasta la mesa de Amelia, donde me espera de brazos cruzados.
– Gracias. – Le digo a la vez que le devuelvo el bolígrafo. No tengo intención de mantener ninguna clase de conversación.
– Eh, ¿sabes que quedan como seis horas más? Dámelo al final del día. – Me reprime rechazando el boli. – Además, no lo necesito.
– Gracias. – Repito como si fuera un robot. Sueno tan seco que hasta yo mismo me odio. – Me has sorprendido. Gratamente, me refiero.
Me mira con gesto extrañado, sin saber de qué va la cosa. ¿Acaso lo ve como el gesto más natural del mundo? Lleva años sin dirigirme la palabra y ahora estoy aquí, dándole explicaciones. Vivo en un mundo de locos. O de simios.
– Cielo, solamente te he salvado el culo. – Me dice comprendiendo mis palabras. – La profe te estaba mirando con mal ojo, me has dado pena, no te emociones.
Se pone en pie y con las mismas me da un par de bofetadas suaves en mi mejilla derecha, las cuales toda la clase es capaz de percibir, y responden con una sonora carcajada. Amelia sale de clase, junto con mi dignidad.
HIIIIIIIIII HE VUELTO QPERJGOWSIRTJHG! Con los examenes no he podido leer , pero ya estoy aqui! OAIJAEOGIJWRTOIJGDF Quiero que sigas, me has dejado con toda la intriga ¿ Que hará Hugo para saldar su deuda con el camello? ¿ Que pasará con Amelia? MNPSIRTNGFAWOIGFA Tantas preguntas sin responder<3 Me encanta tia soijfgergsjegisejg Tienes que seguirla porfaplis :) Tequierooooooooooooo<3
ResponderEliminar¡Ya te extrañaba! Jajajajajaja me has tenido abandonada todo este tiempo. D: De eso trata la cosa JAJAJAJA. No sé, ¿huir del país? u.u Amelia es secundaria... xD OISSS, QUÉ AMOR DE CHICA. <3
Eliminar